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Enero 2005

    Proyectores multimedia: Lo que el mercado puede ofrecer

    Las enormes perspectivas de negocio que se ciernen sobre los proyectores multimedia, así como el amplio sector de mercado que pueden abarcar, han contribuido notablemente a la proliferación de fabricantes y modelos. Pese a que los precios que muestran estas soluciones todavía están algo lejos de los presupuestos más modestos, la realidad es que la presencia de estos equipos cada vez es más frecuente en todo tipo de entornos.

    3M X40

    El proyector multimedia de 3M está a medio camino entre el mercado doméstico y el empresarial, aunque su precio está aún lejos de ser accesible para la mayoría de los particulares. En cualquier caso, su resolución nativa XGA y su notable luminosidad, así como su buen comportamiento, hacen que la relación prestaciones-precio sea bastante buena.

    En líneas generales, el X40 es un proyector que, sin ser eminentemente portátil, permite un relativo cómodo transporte. Tecnológicamente hablando, estamos ante un típico proyector que utiliza el sistema de matriz activa LCD de color de alta luminosidad basada en polisilicio y con una apropiada relación de contraste de 400:1.

    Como ya hemos comentado, este proyector tiene una resolución XGA nativa con una típica relación de aspecto 4:3, si bien también puede ofrecer imágenes en formato panorámico (16:9) así como visualizar imágenes a resoluciones diferentes a la nativa, alcanzando un máximo UXGA (1.600 x 1.200) mediante compresión. Asimismo, y como suele ser habitual, la óptica del proyector cuenta con un zoom óptico de 1,2 aumentos, realizándose manualmente tanto el ajuste del zoom como el enfoque. Por descontado, el X40 es compatible con los principales estándares de la futura televisión digital (HDTV) e, incluso, podemos realizar un zoom electrónico (4x) sobre la imagen para visualizar pequeños detalles.

    Por lo que se refiere a sus posibilidades de gestión, cabe significar la presencia de numerosos botones sobre la superficie superior del equipo, perfectamente diferenciados e iluminados, con los que poder ajustar cómodamente los múltiples parámetros del menú OSD. Así, por ejemplo, la corrección de la perspectiva del trapecio de la pantalla admite variaciones de ±10 grados, lo que permite modificar el aspecto de la proyección para ajustar la geometría correctamente bajo moderadas condiciones adversas de colocación.

    Para la necesaria entrada de información, este proyector cuenta con múltiples conectores de entrada para vídeo y audio, así como uno de tipo serie para su control. Si bien, no disponemos de ningún tipo de conector de salida. Además, el único altavoz de un solo vatio de potencia no solventa adecuadamente la cuestión de la audición. Situación que queda agravada por la imposibilidad de acoplar altavoces externos.

    El dispositivo incluye un mando a distancia algo grande, pero muy cómodo de manejar. Con él podemos modificar los principales parámetros del proyector, e incluye efectos de señalización muy útiles para ser utilizados cuando estamos realizando una presentación, como por ejemplo, el efecto de un puntero/mano que puede ser fijada en cualquier lugar de la presentación.

    En cuanto a su utilización, la característica más reseñable es su modo de funcionamiento “silencio”, con el que, además de disminuir el ruido del ventilador (de ahí su denominación), se reduce también la intensidad luminosa de la lámpara a 1.000 lúmenes y consecuentemente se aumenta significativamente la vida de la misma. En la práctica, este modo resulta bastante adecuado cuando las condiciones externas no requieran de la máxima luminosidad o se abuse de una resolución por encima de la nativa. Por lo demás, tanto la nitidez como la fidelidad de los colores ofrecida es bastante correcta.

    En resumidas cuentas, un proyector de buena resolución y luminosidad, apropiado para cumplir con los requerimientos básicos de usuarios los domésticos y entornos SoHo, pero que carece de todo tipo de complementos que le otorguen mayores posibilidades, especialmente en la faceta del audio.

    Lo mejor: Relación precio/prestaciones. Sencillez funcional. Lo peor: Salida de audio. Comunicación con el PC.

    Acer PD 520

    En el corazón de este PD 520 hay un sistema DLP de última generación que proporciona una resolución nativa XGA, cuestión que se traduce en una notable nitidez y relación de contraste de 1.800:1. Además, el valor de la resolución puede aumentar mediante interpolación digital hasta alcanzar el formato SXGA (1.280 x 1.024). Asimismo, su nivel de brillo de 1.500 lúmenes ANSI resulta del todo adecuado para su utilización en todo tipo de estancias de pequeño/medio tamaño.

    Al igual que la inmensa mayoría de los proyectores portátiles, el sistema de lentes utilizados en el PD 520 cuenta con un zoom de 1,2 aumentos y enfoque manual. La distancia focal permite distancias de proyección que van desde los 1,14 metros hasta los 12 metros, ofreciendo tamaños de pantalla de proyección entre las 23,4 y 295 pulgadas, respectivamente.

    Externamente, este equipo, de tamaño y peso bastante ajustado, presenta una atractiva línea constructiva y del todo funcional. Además, su carcasa fabricada en aluminio y aleación de magnesio proporciona una notable consistencia estructural a todo el conjunto. Sin embargo, una pata desplegable en el frontal no se muestra lo suficientemente eficaz a la hora de conseguir una firme estabilidad.

    Como suele ser habitual en esta clase de equipos, la configuración inicial del mismo es bastante sencilla y el sistema de menús es fácil de usar. Igualmente, el ergonómico mando a distancia incluido se muestra bastante funcional y flexible, resultando el complemento perfecto para este equipo en la realización de presentaciones asistidas por ordenador.

    Una vez en funcionamiento, el nivel de ruido que emite, 32 dB, puede parecer algo exagerado. Asimismo, la reproducción del color es precisa pero sin llegar a ser intensa, y se produjo un nivel de interferencia alto en las pruebas con efecto moiré. Por otro lado, el escalado y la reproducción de textos resultaron excelentes.

    En general, se trata de un buen proyector que, a tenor de las pruebas, sacrifica algunos aspectos técnicos secundarios en aras de un precio más competitivo y un tamaño más reducido.

    Lo mejor: Relación de contraste. Lo peor: Colorido algo falto de intensidad.

    Airis DLP-H100

    El H100 es un proyector portátil multimedia basado en la utilización de la tecnología DLP. Así, y al igual que otros productos analizados en el presente artículo, este dispositivo incorpora un microchip DMD capaz de proporcionar una resolución nativa XGA de 1.024x768 píxeles por pulgada. Asimismo, la lámpara que incorpora, cuyo período de vida oscila entre 1.000 y 2.000 horas, según las condiciones de uso, ofrece una potencia luminosa de 2.100 lúmenes ANSI. Estas características, junto a una buena óptica provista con un zoom de 1,2 aumentos y ajuste manual, le permiten generar unas imágenes con mucho contraste y bastante nitidez sobre un área de visualización que puede variar entre las 37,5 y las 300 pulgadas, para distancias de proyección entre los 1,5 y 10 metros, respectivamente.

    Asimismo, cuenta con múltiples conexiones para dar la cobertura suficiente a la entrada de distintas señales de vídeo, audio y control. De este modo, las conexiones más significativas pasan por ser una entrada de señal digital de tipo DVI y una salida VGA.

    Dispone de un sistema de refrigeración que, además de conseguir una eficiente ventilación de la lámpara y de los dispositivos internos, ofrece un funcionamiento de lo más silencioso que hemos podido evaluar.

    Como la mayoría de los proyectores, este modelo cuenta con un altavoz de 2 vatios de potencia. Sin embargo, la presencia de dos clavijas para la entrada y salida de audio, permiten utilizar un sistema de altavoces externos para mejorar la calidad sonora en auditorios medianamente grandes.

    En conclusión, un equipo muy completo en todos los aspectos y cuyo precio no resulta un obstáculo insalvable.

    Lo mejor: Precio Lo peor: Tiempo de vida de la lámpara

    Canon LV-7210

    Este proyector empresarial de Canon ofrece como principales virtudes una resolución XGA y alta portabilidad, pero en realidad estamos ante un dispositivo basado en la tradicional tecnología LCD formada por tres paneles de 0,79 pulgadas.

    En cuanto a su diseño, llama la atención en un primer instante su contenido tamaño, aunque su peso de casi tres kilogramos no resulta excesivamente liviano. Asimismo, la estabilidad del equipo está asegurada gracias a los dos pies regulables de elevación delanteros. Por ultimo, tanto la estética del proyector como la disposición de todos sus elementos, son del todo correctas, aunque sin incorporar ningún detalle de especial relevancia.

    En lo concerniente a sus especificaciones técnicas, el LV-7210 basado en una notable resolución nativa de 1.024 x 768, ofrece un rango de frecuencias de trabajo igualmente bueno. La óptica empleada permite un adecuado enfoque así como un aumento máximo de la imagen original, en ambos casos el ajuste debe realizarse de forma manual. Además, la distancia focal de la óptica permite distancias de 1 a 7,7 metros entre el proyector y la superficie de proyección, obteniendo pantallas con tamaños mínimo y máximo de 40 y 300 pulgadas, respectivamente. Obviamente, la potencia lumínica de este equipo, 2.000 lúmenes, hace posible que podamos ver con claridad, tanto las imágenes fijas como los vídeos, dentro del rango de distancias descrito y sin que tengamos que preocuparnos demasiado por la luminosidad ambiental.

    Uno de los apartados que indican la vertiente corporativa de este producto está en su mando a distancia, el cual ofrece numerosas funciones con las que apoyar gráficamente cualquier tipo de presentación. En este sentido, además de las típicas opciones de señalizador láser y ratón, tenemos las visuales funciones de foco y puntero. También cabe destacar las posibilidades de configuración que ofrece el menú OSD, cuya navegación puede resulta un tanto enrevesada dada la gran cantidad de parámetros disponibles.

    Tras un detenido análisis, este equipo nos ha convencido en los apartados de fidelidad en los colores y en la geometría de las imágenes. Sin embargo, la nitidez no resulta del todo perfecta, especialmente en la legibilidad de texto pequeño, y cuyo efecto es más acusado a resoluciones superiores a la nativa. Además, el LV-7210 no es nada discreto, aunque gana muchos enteros en el modo de funcionamiento silencioso.

    Si nuestro cliente busca en equipo de altas prestaciones para un uso eminentemente profesional y que, además, también pueda transportase con relativa comodidad, la propuesta de Canon es una de las equilibradas. No obstante, las garantías que ofrece el fabricante han de mejorarse considerablemente si se quiere estar a la misma altura que sus competidores.

    Lo mejor: Control remoto Lo peor: Nivel de ruido. Garantías.

    Epson EMP-TW500

    Tal y como indica el propio fabricante, este modelo es su buque insignia dado que incorpora un gran número de tecnologías y sistemas exclusivos para lograr la mejor calidad de imagen posible. No obstante, su precio resulta igualmente distinguido y fuera del alcance de los bolsillos más modestos, teniendo en cuenta, además, que este producto está diseñado específicamente para el cine en casa.

    En cualquier caso, este proyector presenta unas dimensiones bastante generosas, más aún si se coloca la cubierta trasera para ocular el conexionado de los cables, aunque sus formas redondeadas y su acabado de calidad, dicen mucho en favor de este producto.

    En cifras, el EMP-TW500 es un proyector que ofrece una resolución nativa de 1.280x720 ppp. en el panorámico formato WXGA, gracias a la inclusión de tres paneles LCD de 0,7 pulgadas de tamaño. Además, dispone de la más reciente versión del procesador de imágenes avanzado Faroudja DCDi capaz trabajar con señales de color a 10 bits, sistema que posibilita una interpretación más óptima de la información digital.

    Asimismo, Epson incorpora otras tecnologías y aplicaciones propietarias, tales como ColorReality II y Cinema Colour Editor, con las que optimizar la reproducción del color resaltando los niveles oscuros y aumentando la relación de contraste general y, además, sacar un mayor partido de la simbiosis proyector-ordenador personal. En la práctica, se pueden seleccionar o crear modos de color diferentes, hasta un máximo de 18, con los que graduar la calidad y colorido de las imágenes proyectadas en función de las preferencias personales de cada usuario.

    Pese a su gran tamaño, no se puede decir que este proyector destaque especialmente por su luminosidad, los 1.000 lúmenes resultan adecuados para estancias domésticas poco iluminadas, pero no tanto en salas en las que exista una clara iluminación ambiental.

    A la hora de la verdad, pudimos comprobar su sobresaliente comportamiento como equipo de proyección para fines domésticos. No obstante, su funcionalidad como proyector corporativo queda un tanto mermada por su menor luminosidad, su dificultosa portabilidad y la escasa utilidad del mando a distancia.

    Por último, junto al proyector se incluyen todos los cables necesarios para la conexión del dispositivo a las distintas fuentes de vídeo soportadas y la alimentación del mismo, así como el mencionado mando a distancia. Asimismo, encontramos la oportuna y necesaria documentación y un CD-ROM que contiene la aplicación de software Epson Cinema Color Editor.

    Lo mejor: Formato panorámico. Gestionabilidad desde el PC. Lo peor: Precio. Funcionalidad del mando a distancia.

    HP VP6120

    El VP6120 es un proyector provisto de la tecnología DLP que puede catalogarse como portátil, pero que su tamaño y peso no facilitan esta labor en comparación con otros equipos. Además de los 2.000 lúmenes de potencia lumínica, es capaz de mostrar imágenes con una resolución máxima de 1.280 x 1.024 a 75 Hz, mientras que su resolución nativa XGA es de 1.024 x 768, en ambos casos con 16,7 millones de colores. Asimismo, uno de los aspectos más llamativos de este proyector es su elevado contraste, que permite mostrar una muy buena calidad de imagen. En concreto, estamos hablamos de una relación de 2.000:1, lo que permite mejorar la claridad de los textos y líneas de pequeño tamaño.

    Por descontado, la óptica que monta este proyector no compromete la calidad de las imágenes que genera la última versión DDR del chip DMD de 0,55 pulgadas, ya que su lente de F:2,6 permite tamaños de pantalla entre las 30 y 292 pulgadas. Como la práctica totalidad de los equipos analizados, el enfoque y el zoom óptico de 1,2 aumentos requieren de un control manual. Una vez en marcha, pudimos comprobar la sobresaliente nitidez de las imágenes proyectadas y la notable precisión en la geometría. Incluso en una habitación bien iluminada con luz solar, la claridad y naturalidad con que se muestran las imágenes nos sorprendió gratamente. Obviamente, la lámpara usada por el fabricante de tipo UHP y con una potencia de 250 vatios tiene bastante que ver con estos resultados. Asimismo, según los datos ofrecidos por HP, el tiempo máximo de vida de la misma es de unas 3.000 horas, siempre y cuando se trabaje en el modo de ahorro de lámpara.

    Por descontado, contamos con un amplio repertorio de conexiones para la entrada y salida de las diferentes señales de vídeo y audio, así como para el control de remoto a través de un puerto USB. Tampoco falta un minúsculo mando a distancia, que carece de las funciones de puntero láser y ratón.

    Respecto a su exterior, cabe significar que presenta el clásico diseño rectangular con el panel de control situado en la parte superior y las conexiones en uno de sus laterales. Disposición que permite un amplio espacio para el sistema de refrigeración. En este sentido, el sistema de refrigeración no resulta ser de los más silenciosos de cuantos hemos evaluado, a pesar de las esperanzadoras cifras esgrimidas por el fabricante. Igualmente, el gasto energético que precisa este proyector, en torno a los 330 vatios, resulta bastante elevado.

    En conclusión, un proyector de notables prestaciones, destacando especialmente su elevada luminosidad y calidad de imagen y que, además, puede ser transportado con relativa facilidad, características que le confieren una alta versatilidad de uso, tanto en entornos profesionales como particulares.

    Lo mejor: Calidad visual. Lo peor: Mando a distancia. Consumo energético.

    IBM iLM300

    Si, ante todo, nuestro futuro proyector debe ser altamente portátil en detrimento de otras características, la propuesta de IBM encarnada en su modelo iLM300 es, entre todas las evaluadas, la que mejor cumple con esta máxima. Su mínimo tamaño y su escaso kilo de peso, son motivos más que suficientes para lograr una máxima portabilidad.

    Como todo proyector ultraportátil de última generación, su base tecnológica está sustentada en el sistema DLP de Texas Instruments. De este modo, un reducido tamaño no supone sacrificar elevadas cotas de resolución. En concreto, este proyector ofrece una resolución nativa XGA (1.024 x 800 píxeles) y 1.100 lúmenes de potencia lumínica, características bastante notables para tratarse de un dispositivo tan pequeño. Además, la óptica empleada cubre con buena nota sus típicas labores de enfoque y zoom. Por otro lado, sin ser un equipo que destaque por las opciones de ajuste y configuración disponibles en el menú OSD, las existentes realizan adecuadamente su cometido.

    Sobre su diseño, además de sus dimensiones físicas, cabe señalar la buena distribución de todos sus elementos. Sin embargo, no nos convenció el material plástico empleado en la fabricación de la carcasa del equipo ni la estabilidad de la única pata de elevación.

    En cuanto a la conectividad, poco que objetar tratándose de un equipo ultraportátil. Obviamente, no cuenta con un variado repertorio conectores, pero si con todas las conexiones básicas. En este sentido, llama la atención la solución utilizada por IBM para integrar en un solo cable y un único conector de entrada al equipo los datos provenientes de la señal de vídeo y del puerto USB.

    En conclusión, una propuesta dirigida preferentemente a los usuarios móviles que necesiten un proyector ultraportátil, fácil de usar y notable calidad visual. Además, una garantía limitada de 3 años, es otra buena razón para apostar por este producto.

    Lo mejor: Portabilidad. Lo peor: Luminosidad.

    LG RD-JT32

    El proyector RD-JT32 de LG, equipado con la tecnología DLP de resolución nativa XGA y ofreciendo una potencia lumínica de 1.400 candelas por metro cuadrado (lúmenes ANSI), es una de las más potentes soluciones aportadas por este fabricante para la realización de presentaciones multimedia.

    Asimismo, y con arreglo a las últimas tendencias de mercado, tiene capacidad para televisión de alta definición (HDTV) con más de mil líneas de barrido por cuadro. En cualquier caso, la característica más destacada de este modelo estriba en su compacto, atractivo y funcional diseño, que redunda en una sobresaliente portabilidad, promovida por sus reducidas dimensiones y peso. Además, su chasis estructural está fabricando bajo una aleación de magnesio, material más ligero que el aluminio pero de extrema dureza, ofreciendo una adecuada protección para todos sus componentes internos. Todas estas interesantes características facilitan enormemente su cómodo transporte al tiempo que proporcionan la robustez mecánica suficiente para aguantar la dura vida de un equipo trotamundos.

    En cuanto al manejo, dispone en su parte superior de un panel de control compuesto por cuatro botones que permiten acceder fácilmente a las funciones más comunes del equipo, como el encendido y apagado del dispositivo así como la navegación y gestión de los escasos parámetros de configuración disponibles a través del menú OSD incorporado, entre las que no falta el ajuste automático de la imagen y la corrección de la deformación trapezoidal (Keystone). Si bien, para poder realizar un ajuste más preciso del equipo deberemos hacer uso del mando a distancia. Por otra parte, en su zona inferior dispone de un pié extraíble y un punto de apoyo de regulación giratoria que se pueden desplegar verticalmente para proporcionar mayor estabilidad en su asentamiento, además de permitir su elevación y nivelación para conseguir una adecuada posición de proyección.

    Por otro lado, con motivo de evitar un posible robo, dispone en su parte trasera una ranura de protección de tipo Kensington.

    En nuestras pruebas el RD-JT32 ofreció en todo momento una elevada calidad de imagen, con independencia de la fuente de vídeo, gracias a su contraste y luminosidad. Mientras trabajemos a resolución nativa la nitidez y fidelidad de los colores se mantiene en cotas más que aceptables, si bien no ocurre lo mismo cuando sobrepasamos el umbral nativo. Asimismo, el nivel de ruido generado resulta bastante aceptable.

    En definitiva, un proyector de elevada portabilidad y sencillez funcional que será la herramienta ideal para todos aquellos profesionales que necesiten mostrar con asiduidad presentaciones multimedia de calidad fuera de su entorno de trabajo habitual. No obstante, hubiera sido deseable contar con una salida de audio la utilización de altavoces externos y algún que otro elemento adicional que aporte un mayor valor añadido al producto como alguna utilidad de software para su mejor gestión desde el PC.

    Lo mejor: Portabilidad. Lo peor: Capacidades de audio.

    Mitsubitshi XL8U

    A grandes rasgos, el proyector XL8U de Mitsubithi ofrece elevadas prestaciones y calidad de fabricación, aunque no todas las conexiones que cabría esperar de un modelo de gama media/alta.

    Para empezar, este modelo se vale de la tecnología LCD para obtener una resolución nativa XGA, y mediante interpolación puede llegar hasta los 1.280 x 1.024 ppp. Asimismo, y a pesar de sus manejables dimensiones y peso, consta de una lámpara con una potencia de 160 vatios, responsable en gran medida de los sobresalientes 2.000 lúmenes de luminosidad. No obstante, su capacidad de contraste de 350:1 no resulta tan destacada en comparación a los otros modelos de la comparativa. Sin embargo, las imágenes ofrecidas son bastante claras y muestran los colores con notable fidelidad. Asimismo, la geometría es prácticamente perfecta y el enfoque se mantiene uniforme a lo largo de toda la pantalla, sin que se produzcan colores duplicados.

    Además, el pixelado de las imágenes y las variaciones de tamaño son del todo correctas, pues las imágenes fijas de texto se mantienen legibles, incluso con letra pequeña y a resoluciones superiores a la nativa. En parte, esto es debido a las funciones y tecnologías propietarias con las que cuenta el propio proyector que, aparte de la función de ajuste automático de la geometría, las tecnologías sRGB y Natural Color Matriz posibilitan una reproducción del color con el máximo realismo y naturalidad. Además, cuenta con la función de Corrección de Gama 3D destinada a mejorar la homogeneidad de los degradados, aunque a costa de un ligero detrimento en el nivel del brillo.

    En cuanto a su diseño y equipamiento, poco que destacar, salvo la correcta disposición de todos sus elementos, así como la robustez constructiva del equipo. Integra igualmente un minúsculo mando a distancia que carece de las prácticas funciones de ratón y puntero láser.

    En líneas generales, se trata de un estupendo proyector que, a tenor de las pruebas, sacrifica algunos aspectos complementarios en aras de un precio más ajustado y un tamaño medianamente compacto.

    Lo mejor: Fidelidad de los colores. Geometría de las imágenes. Lo peor: Conectividad. Mando a distancia.

    Panasonic PT-LM1E

    Este proyector multimedia de Panasonic se caracteriza por su reducido tamaño, y es una herramienta muy útil para ser incorporada a nuestra oficina móvil, sobre todo si debemos realizar presentaciones lejos de nuestro lugar de trabajo y la portabilidad es uno de los factores determinantes a la hora de elegir nuestros elementos de trabajo.

    Por lo que se refiere a sus especificaciones técnicas, este proyector ofrece como características fundamentales una luminosidad de 1.000 lúmenes y una resolución nativa SVGA de 800 x 600 con 16,7 millones de colores. La relación de contraste, de 400:1, es relativamente buena para tratarse de un equipo basado en la tecnología LCD, lo que permite mostrar un blanco bastante limpio y un negro muy cercano al negro puro. La óptica del proyector posee unas lentes con unas aperturas de F: 1,8-1,9 y zoom de 1,2 aumentos, que cumplen adecuadamente su cometido de enfoque y dimensionado de la pantalla. Asimismo, sus frecuencias de refresco de 15-91 kHz en horizontal y de 50-85 Hz en barrido vertical, cubren sobradamente con los requerimientos gráficos más comunes.

    En cuanto a los costes de mantenimiento, debemos hacer notar que la vida útil de la lámpara es de 2.000 horas, según el fabricante, y su reposición alcanza los 382,80 euros, valores que medianamente asequibles en comparación con la mayoría de propuestas.

    Estamos hablando de un proyector multimedia, y por eso cuenta con un altavoz en su parte superior para dar salida al audio, aunque éste resulta muy poco efectivo cuando la sala donde se proyecta es demasiado grande. Respecto a sus posibilidades de conexión, son bastante limitadas, dado que sólo cuenta con las imprescindibles para cumplir con su función. Igualmente, y en proporción al tamaño del proyector, se incluye un mando a distancia de reducidas dimensiones, mediante el cual podremos realizar los ajustes pertinentes sobre el proyector, además de incorporar la función de zoom digital de buena calidad. A este respecto, el menú OSD, aunque bastante espartano, permite ajustar la imagen en sus parámetros más elementales, incluida la corrección Keystone en sentido vertical.

    En la práctica, el PT-LM1E es un proyector cuya nitidez no alcanza los niveles de perfección que muestran los equipos con resoluciones XGA, defecto más acusado al sobrepasar su valor nativo. Asimismo, el ruido que genera no está en proporción a su tamaño.

    En definitiva, nos encontramos ante un proyector muy funcional para los profesionales móviles ya que combina unas buenas características con un excelente precio. No obstante, el período de garantía de un solo año, tanto para el equipo como para la lámpara, resulta un tanto exiguo a tenor de las propuestas de sus más directos rivales.

    Lo mejor: Portabilidad. Bajo coste de adquisición y mantenimiento. Lo peor: Ruido. Nitidez. Conectividad.

    Sony VPL-HS20

    El modelo VPL-HS20, perteneciente a su línea Home Cinema, se caracteriza por presentar unas prestaciones en total sintonía con las necesidades de los usuarios particulares que se puedan permitir el lujo de adquirir un equipo de estas características y precio. En primer lugar, su atípico diseño, alejado totalmente de los cánones ortodoxos, da una clara idea de que no estamos ante un proyector muy común. En este sentido, la relación de aspecto nativa que ofrece es la cinematográfica 16:9, formato del todo recomendable para la visualización de películas en DVD. En cualquier caso, su tecnología LCD fundamentada en tres paneles de 0,87 pulgadas y resolución WXGA de 1.366 x 768 posibilitan la fiel reproducción de cualquier señal de vídeo. Asimismo, su óptica de gran apertura provista de un zoom óptico de 1,3 aumentos, permite un nítido enfoque de la imagen así como un amplio ajuste del tamaño de la pantalla en función de la distancia y la superficie de proyección disponibles. Además, cuenta con la ventaja añadida de que el ajuste de ambos parámetros de realiza de forma motorizada a través de dos teclas situadas en el lateral izquierdo del equipo.

    La faceta de la conectividad del VPL-HS20 es otro de los puntos en el que se diferencia claramente con respecto a sus rivales. Para empezar, la señal RGB procedente del PC dispone de un conector DVI de tipo digital, lo que permite una mayor calidad de la señal en su origen. Asimismo, consta de dos inusuales conectores bajo las denominaciones PJ MULTI y HDMI (High Definition Multimedia Interface) con los que soportar todo tipo de conexiones tanto digitales como analógicas.

    Salvo su exagerado tamaño, nuestras pruebas evidenciaron un comportamiento satisfactorio en todos los aspectos relativos a la calidad de imagen. Así, la uniformidad del color y la relación de contraste no evidenciaron anomalías dignas de mención. En cualquier caso, las múltiples opciones de ajuste que incorpora este proyector permiten una óptima regulación de la geometría de la imagen, incluida la deformación trapezoidal en sentido horizontal (Side Shot) y de los parámetros relativos al color.

    Como factor de valor añadido, Sony incorpora una ranura de tipo Memory Stick en la que poder insertar tarjetas de memoria compatibles y poder visualizar su contenido cómodamente en pantallas de gran formato. En síntesis, un producto cuyas prestaciones y funcionalidades están en total consonancia con su orientación comercial, pero cuya portabilidad se ve limitada por su notorio tamaño.

    Lo mejor: Formato panorámico. Memory Stick. Conectividad. Lo peor: Tamaño. Precio.

    Viewsonic PJ650

    Las características más destacadas de este modelo, además de su sobresaliente potencia lumínica de 2.000 lúmenes ANSI, estriban en su funcional diseño y destacada portabilidad, promovida por sus reducidas dimensiones y peso, cuyos limitados valores facilitan enormemente su transporte. No obstante, su carcasa plástica no ofrece la adecuada y sólida protección que requiere todo dispositivo móvil.

    Equipado con tres funcionales pantallas LCD en polisilicona de 0,7 pulgadas de tamaño cada una, el proyector PJ650 presentado por Viewsonic consigue una alta calidad de imagen con un elevado colorido y nitidez. Asimismo, gracias a su resolución nativa XGA, que puede llegar a un máximo de 1.600 x 1.200 ppp. mediante interpolación, y a su elevado nivel de brillo, le capacita para efectuar una perfecta y definida representación sin necesidad de prescindir de la iluminación habitual de la estancia en que se utilice. Sin embargo, su capacidad de contraste (350:1) supone un lastre a la hora de ofrecer óptima calidad en el colorido de las imágenes en entornos luminosos.

    Otra de las interesantes características de este proyector de Viewsonic es la inclusión de una lámpara de 150 vatios cuya vida media útil se sitúa en las 4.000 horas (en modo silencioso), lo que, unido a su precio, relativamente económico, otorga al dispositivo un bajo coste de mantenimiento.

    Con respecto a las tecnologías empleadas en su construcción, se integran los habituales componentes electrónicos inteligentes que permiten una adecuada sincronización y posicionamiento de la imagen así como la detección automática de la fuente de vídeo, consiguiendo de esta forma una cómoda y rápida configuración bajo los modos de funcionamiento más comunes. En este sentido, presenta una total compatibilidad con las señales de vídeo más extendidas (NTSC, PAL, SECAM) así como con los distintos modos de vídeo utilizados por ordenadores personales, tanto en plataformas PC como Macintosh y, por supuesto, también contempla el soporte a los últimos estándares de televisión digital (HDTV). Igualmente, el menú OSD ofrece un amplio repertorio de parámetros que permiten un preciso ajuste del equipo.

    Con relación a los resultados obtenidos en nuestras pruebas, hemos de resaltar su notable comportamiento, tanto en geometría como en la nitidez, así como la elevada uniformidad de la iluminación. Por el contrario, no nos convenció la calidad de imagen a resoluciones superiores a la nativa, ni la fidelidad de los colores en ambientes medianamente iluminados. Tampoco puede decirse que sea un proyector excesivamente silencioso, más bien todo lo contrario.

    En definitiva, un proyector de elevada portabilidad y calidad visual que resulta una herramienta muy válida para todos aquellos profesionales que necesiten realizar con asiduidad presentaciones multimedia fuera de su entorno de trabajo habitual.

    Lo mejor: Elevada portabilidad. Software. Lo peor: Robustez constructiva. Nivel de ruido.